Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido

Chapter 361



Capítulo 0361

Bella sonrió con frialdad. En ese momento no las compré, pero al día siguiente me enteré de que habías faltado al trabajo, y como no confiaba en tu palabra, fui con Elena a conseguir la pastilla del día después.

>>Elena me dijo que el medicamento es efectivo dentro de las 72 horas, pero hay que tomarlo con moderación para evitar irregularidades menstruales y daños a la salud. Le prometí que no volvería a necesitarlo. Si no me crees, puedes preguntarle a ella.

Bella no había tenido que recurrir a eso antes, pero se había informado bien. Incluso si Elena llegara a ser cuestionada, la cubriría.Original from NôvelDrama.Org.

Al ver que Bella hablaba con tanta naturalidad de los detalles, y considerando que antes nunca había necesitado esa pastilla, si no la hubiera tomado realmente, ¿cómo podría estar tan al tanto?

¡La rabia de Pedro por estrangular a Bella casi era incontrolable!

-Si tenías miedo de tener un accidente conmigo, ¿por qué no lo tuviste con él?

Bella lo miró con frialdad. También lo temía. Pero esa noche bebi demasiado y estaba bastante desorientada. Al día siguiente, mi abuela me llamó urgente a la antigua mansión, y luego tuve que viajar rápidamente a Marelia. Además, como había tomado la pastilla, pensé que no habría problema.

Pedro conocía bien la imagen de Bella ebria: frágil y adorable, abrazándose a él para que la acompañara a dormir.

Imaginar a Bella con otro hombre hizo que una oleada de furia homicida lo invadiera. ¡ Apretó con fuerza la mandíbula de Bella!

-Así que tu viaje a Marelia es solo por la culpa que sientes, ¿no es así?

¡Ay!

Bella sentía que su mandíbula iba a romperse bajo la presión de Pedro. Golpeaba su mano sin cesar.

Pedro vio las lágrimas de dolor en los ojos de Bella, pero no aflojó el agarre. Su ira seguía creciendo. ¡Bella, por qué hiciste esto!

Pese al intenso dolor, Bella no quería mostrarse débil. -Ya te lo dije... Mejor firmas el divorcio de una vez, para evitar que te pongan los cuernos. Ahora te arrepientes, ¿no?

-¡Cállate! Pedro estaba tan furioso que rechinaba los dientes. Tomó el rostro de Bella y atrapó sus labios en un beso violento.

-¡Ah...! Un intenso dolor punzante recorrió los labios de Bella, que sintió el sabor metálico de la sangre en su boca.

Golpeaba a Pedro con su mano libre, pero eso no parecía afectarlo en absoluto. Él seguía robándole el aliento con violencia.

-Ay. -Bella se sentía angustiada hasta el punto de casi asfixiarse, y con torpeza trataba de tocar el timbre de llamada de la enfermera junto a su cama.

No alcanzó a tocarlo, pero tumbó el vaso de agua que había en la mesita, que se rompió con un fuerte estruendo.

-¡Director Romero, ¿qué está haciendo?!

En ese momento, la puerta de la habitación se abrió de golpe y entró rápidamente Elena, la enfermera, quien jaló con fuerza al loco Pedro.

Por fin, Bella logró liberarse. No podía decir ni una palabra, su pecho subía y bajaba agitadamente mientras tomaba grandes bocanadas de aire.

Elena revisó los ensangrentados labios de Bella, y luego miró severamente a Pedro. - Director Romero, Bella está muy débil ahora, ¡no puede tratarla así!

El apuesto rostro de Pedro se ensombreció, y con sus ojos negros clavados en Bella.

Al ver que siempre se veía a la defensiva y fría, él apretó los dientes, sin decir nada, y salió de la habitación dando un portazo.

Cuando se fue, Elena se apresuró a echar el cerrojo a la puerta.

Mientras sacaba un algodón de su bolsillo para curar los labios de Bella, le preguntó con cierta inquietud: -¿Qué pasó entre ustedes? ¿Por qué Pedro parecía tan alterado?

Bella no tenía tiempo para responder, solo le dijo con voz ronca: --Ten más cuidado.

-Más te vale agradecer -resopló Elena, pero aun así suavizó un poco sus movimientos Si no hubiera llegado a tiempo, no sabes en qué estado habrían quedado tus labios.

Bella quería provocar a Pedro para que se divorciara de ella, pero jamás imaginó que él llegaría a morderla de esa manera enloquecida.

-Elena, ¿cómo es que estoy en su hospital? -preguntó Bella, confundida.

Elena cambió el algodón, explicando: -Este hospital está cerca del club donde tuviste el incidente, y fue Pedro quien te trajo aquí.


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