Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido

Capítulo 214

Algo no andaba bien con Pedro.

Abrazados de esa manera tan intima en medio de tanta gente, incluso había quienes sacaban sus teléfonos para tomarles fotos a escondidas. Qué verglienza.

Lo peor era que Bella ni siquiera se atrevía a moverse, temerosa de que Pedro pudiera hacer algo indecente.

¡Qué desvergonzado era ese hombre!

Bella le lanzó a Pedro una mirada llena de enojo.

Al ver el rostro molesto de Bella, Pedro la apretó un poco más entre sus brazos y, sujetándola firmemente de las caderas, la llevó hacia la piscina más cercana.

Caminaban muy pegados el uno al otro.

Bella se arrepentia de haber venido.

Debería haberse ido en cuanto llegó.

No debía dejarse llevar por las insistencias de Elena y fingir que Pedro no existía.

Todo habían sido patrañas.

Pedro no podía desaparecer, y ella no lograba disfrutar de nada.

Lo único que quería en ese momento era esfumarse.

Con el rostro hundido en el pecho de Pedro, el aroma de su cabello lo invadía por completo, y él sentía que le costaba cada vez más controlarse.

-Tú aún…-Bella levantó la cabeza, con las mejillas encendidas y una mirada furiosa, al borde del llanto por la vergüenza.

Pedro, haciendo un gran esfuerzo por dominarse, le respondió con voz ronca: -Aguanta un poco más, ya casi llegamos a la piscina. This is property © NôvelDrama.Org.

¿Aguanta un poco más?

Eso sonaba tan raro.

-Despreciable. -bufó Bella, con el rostro enrojecido, deseando poder morderlo.

-Si sigues mirándome así, nos vamos directo a la habitación.–amenazó Pedro con voz grave, reflejando más deseo que enojo.

Bella supo que, si lo provocabá más, Pedro sería capaz de cumplir su palabra.

Así que, odiándose a sí misma, bajó la mirada, resignada. -¡Entonces camina más rápido!

-Bueno.–respondió Pedro en un susurro, depositando incluso un beso suave sobre el cabello

de Bella.

Ella ni siquiera necesitaba mirar para saber que esta escena había sido presenciada por muchos, No lograba entender cómo una simple visita a las termas se había convertido en una situación.

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tan incómoda y extraña.

Finalmente llegaron al borde de las termas, los dos tenían la piel acalorada por la vergüenza. Pedro la abrazó cuando entraron al agua, pero Bella tenía prisa por nadar lejos. Sin embargo, Pedro aún la mantenía entre sus brazos.

Resultó que había algunas otras personas en el manantial.

Por suerte, eran discretos y al ver a la pareja del jefe tan acaramelada, se levantaron y se fueron a otro estanque..

Bella se sentía muy avergonzada, pero en ese momento el teléfono de Pedro comenzó a sonar.

El personal del Lago Nube había sido muy amable y les habían dado a todos los huéspedes unas bolsas impermeables transparentes para los teléfonos.

Aprovechando que Pedro iba a coger el teléfono, Bella se zafó rápidamente de él y salió corriendo del manantial, con la intención de ir a buscar a Elena.

¡Pero Pedro le agarró el pie!

-¿Qué quieres?

Bella apretó los puños, aunque no podría ganarle a Pedro, si él intentaba aprovecharse de ella, ¡ ella no se lo iba a permitir!

-Tráeme una toalla. -dijo Pedro con expresión indescifrable.

Pedro no se había cambiado ni los pantalones de baño, iba con su ropa normal y directamente se metió en el estanque, así que salir así no era muy apropiado.

Bella lo miró con enfado. -¿Cómo quieres que te la traiga si me estás agarrando?

Sus delicados y suaves pies eran tan pequeños que Pedro podía rodearlos con una sola mano.