Capítulo 489
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Hace un par de días, Yael había mencionado ese nombre mientras hablaba por teléfono en el comedor, parecia
ser un vagabundo.
Fabiana no podia entender cómo un vagabundo podría tener alguna relación con su padre.
La curiosidad la impulsó a acercarse con precaución a la puerta y pegar su oido contra ella.
No sabia qué decian al otro lado del teléfono, solo escuchó a Camilo dar instrucciones: “De cualquier manera, Carlos debe continuar la construcción de los cimientos vivientes según lo planeado“.
Fabiana se puso tensa.
Como alguien relacionado con ese sector, sabia muy bien lo que significaba construir cimientos vivientes; enterrar a una persona viva dentro de los pilares de un puente como un sacrificio humano. Esta es una superstición local muy arraigada.
Ella habia oido el nombre de Carlos antes, era el jefe de construcción del proyecto de resort de estilo tradicional del Estudio Esencia–Rufino,
Aunque no estaba a cargo de ese proyecto, cada quincena, durante las reuniones Rutinarias, Rufino informaba sobre el progreso de la obra y habia información sobre los responsables del proyecto en el tablón de anuncios de la compania, asi que conocía bien ese nombre.
Pero lo que no entendía era cómo su padre podría estar involucrado en ese proyecto.
Sabia que habia habido problemas con el proyecto hace un tiempo y que no estaba avanzando bien, asi que probablemente Carlos queria recurrir a las antiguas supersticiones de la zona, en la cual empleaban técnicas arcalcas y construlan cimientos vivientes, como sacrificio para solucionarlo y seguir adelante con el trabajo.
Su padre y el Grupo Esencia eran competencia y los problemas en el proyecto del Grupo Esencia eran buenas noticias para él, ¿por qué entonces querría ayudar a avanzar en eso?
A menos que…
Una terrible sospecha empezó a tomar forma en la mente de Fabiana.
Camilo estaba planeando usar esa situación para empeorar las cosas para el Grupo Esencia y Dorian.
Su corazón latia fuertemente por la conjetura.
La habitación se había ido quedando silenciosa, parecía que Camilo había terminado la llamada y sus pasos se acercaban a la puerta.
Casi al mismo tiempo, Fabiana también se giró y corrió hacia el sofá y agarró su bolso, se dirigió hacia la salida. Cuando llegó a la puerta, ya se oía a Camilo abriendola. Fabiana se puso los zapatos con prisa y tratando de componer su expresión, abrió la puerta de la habitación como si acabara de entrar.
Justo cuando giró para entrar al salón, Camilo salia del pasillo.
Su padre frunció ligeramente el ceño.
Con una expresión natural y sorprendida, Fabiana le gritó: “¿Papa? ¿No tenías que salir hoy?”
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“Hoy descanso“, dijo Camilo, observándola de arriba abajo. “¿Por qué volviste tan temprano hoy?”
“Es que no queria que te aburrieras solo en el hotel, pensé en volver pronto para hacerte compañía“, dijo Fabiana con voz dulce, mientras se deshacia de sus tacones y caminaba descalza hacia el salón.
Camilo parecía complacido por su coquetería y una sonrisa reemplazó su seriedad: “Pensé que ya con tu nuevo hogar te habrías olvidado de nosotros.”
Ambos se sentaron en el sofá mientras hablaban.
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Riendo, Fabiana agregó: “¿Cómo podria? La familia Sabin pudo haberme dado la vida, pero ustedes son los que me criaron. ¿Cómo voy a ser tan ingrata?”
Mientras hablaba, dejó su bolso a un lado y abrazó los hombros de Camilo: “Ustedes son las personas que más me aman en este mundo.”
“Me alegra que lo sepas
Camilo fingió estar molesto, agarrando la mano que Fabiana tenia sobre su pecho y la otra mano comenzó a acariciar su muslo, aparentemente sin querer
Fabiana se tenso ligeramente y su sonrisa se congeló por un momento, mirando a Camilo.
Aunque seguía viéndose como el cariñoso padre de siempre y el contacto de su mano sobre su pierna parecia un acto subconsciente. Sin embargo, la forma en que acariciaba su muslo hacia que se sintiera incómoda.
No queria pensar mal de Camilo.
Siempre le habia tenido un cariño especial y la amaba mucho, pero últimamente, en los últimos dos o tres años, había ciertas actitudes de Camilo que a Fabiana le parecían fuera de lugar.
No es que Camilo se pasara de la raya, salvo por esas caricias inapropiadas en sus muslos que no venian al caso, todo lo demás parecia normal.
Fabiana no sabia si estaba exagerando, pero justo por esos gestos inoportunos, empezó a sentir rechazo y temor al contacto con su padre, lo que complicaba su relación con la familia Samper.
Por un lado, sentia que eran sus seres queridos que la adoraban, pero por otro, esa relación de afecto puro parecia estar mezclada con algo más que le provocaba náuseas.
Le aterraba la idea de que, si continuaba en esa casa, la imagen paterna de Camilo se desmoronara, algo que no podría soportar.
Asi que cuando Lorenzo le propuso colaborar y asumir la identidad de Amanda para infiltrarse en la familia Sabin, no dudó en aceptar y tampoco vaciló al aceptar volver a su país.
Para ella, mantener una distancia fisica significaba menos contacto con Camilo y así, la imagen de él como su padre permaneceria intacta.
Aún mantenian contacto frecuente por WhatsApp y videollamadas, asi que el cariño familiar seguia igual.
Esta era la primera vez que veia a Camilo desde que habia regresado.
Todo había ido bien en esos dias, tan bien que había olvidado esos gestos inapropiados, que no sabia si eran
intencionales o no.
Pero ahora, cuando su mano grande se deslizaba sobre su muslo, como solia hacer, Fabiana sentía ganas de
vomitar.
Pero temia estar interpretando demasiado las cosas, preocupada de que su reacción exagerada pudiera causarle vergüenza a Camilo también.
Ella intentó sonreir y con voz mimada, le dijo: “Siempre lo he sabido, ¿sabes? Mamá y papá son los d me aman en este mundo.
Hizo énfasis en las palabras “papá y mamá“.
que más
Camilo la miró con fastidio: “Solo sabes hablar, hace tiempo que no vienes a vernos a tu madre y a mi.”
“Estoy ocupada con el trabajo, se defendió con una expresión lastimera. “Mira, estoy muy ocupada y aun asi encontré tiempo para estar contigo.”
Mientras hablaba, se enderezo y empujó a Camilo: “Apúrate y cambiate, te llevaré a comer las delicias de Arbolada.”
Camilo la miró resignado, con una mirada indulgente.
Solo piensas en comer.”
Aunque decía eso, se levanto obedientemente y se fue a su habitación.
Dejo su celular en la mesa de centro.
Fabiana espero a que Camilo cerrara la puerta de su habitación para tomar cautelosamente su teléfono.
Conocia la contraseña, Camilo la mimaba y nunca se guardaba de ella.
Desbloqueo el telefono fácilmente.
Sin perder tiempo, reviso el registro de llamadas más reciente de Camilo, la última era una cadena de números sin nombre guardado, pero le resultaba vagamente familiar.