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Capítulo 484



Capítulo 484

Desde el otro lado de la linea, Yael parecia estar en un apuro: “El Sr. Ferrer…”

Hesitaba, pero al final no conseguia decir lo que pasaba.

Eduardo estaba desesperado: “Habla de una vez! ¿Qué le pasa?”

ΕΙ Yael se armo de valor y soltó la bomba, “está en la oficina, borracho.”

“¿Todavia está bebiendo?” Casi se vuelve loco de la rabia, “¿Y la gente de relaciones públicas qué hace, acaso no pueden emitir un comunicado?”

Yael replicó: “El Sr. Ferrer no lo permite.”

“Está jugando con la empresa a lo loco. Eduardo no pudo evitar maldecir en voz alta, “¿Se ha vuelto loco? No solo está sufriendo por una mujer, sino que también quiere arrastrar a toda la empresa con él.”

“El Sr. Ferrer…” La voz de Yael se apagaba, “supongo que está de mal humor. Siendo alguien tan orgulloso y exitoso en todo, no puede soportar tener un matrimonio que es un completo desastre”

“Pásamelo.” La voz de Eduardo se enfrió aún más, “Tengo que hablar con 1 ”

Yael dijo con dificultad: “El Sr. Ferrer ahora mismo está tan borracho que no puede ni hablar”

Inútile

Eduardo maldijo y colgó el teléfono de golpe.

Al escuchar el tono de ocupado del otro lado, el asistente alejó el celular con desgano y sus ojos ya se dirigian hacia Dorian, quien trabajaba tranquilo al lado de la computadora. Dudó antes de llamarlo: “Sr. Ferrer?”

Dorian ni siquiera levantó la cabeza: “Buena actuación, si te llama de nuevo, describele la peor situación en la que puedas imaginarme. Cuanto más trágico, mejor.”

Yael se quedó sin palabras.

Todavía no entendia cual era la estrategia de Dorian

Los rumores sobre su paradero habian sido esparcidos por él, las noticias falsas también fueron su obra y la orden de no emitir un comunicado oficial también había venido de Dorian.

La realidad era que no veía a nadie ni contestaba llamadas, pero todas las comunicaciones y asuntos. importantes se desviaban hacia él.

Era como un peón ejecutando órdenes sin entender el juego completo.

Su jefe no le ofreció ninguna explicación: “Manda a traer más licor. Si empieza a sospechar de mi paradero, dile que para evitar que se sepa que estuve bebiendo en el trabajo y afecte la imagen de la empresa, estamos controlando la información.”

“Entendido.”

Yael obediente, se marchó de la habitación.

Cuando la puerta se cerró, Dorian finalmente detuvo sus movimientos y alzó la vista hacia la computadora, sus ojos oscuros mantenian una calma imperturbable.

En casa, Eduardo se paseaba de un lado a otro, ansioso como hormiga en sartén caliente.

Aunque nunca había visto a Dorian en ese estado, conocia bien su tenacidad y determinación.

Como aquella vez que Dorian dijo que si buscaba a Amelia una vez más, le recortaria un 5% de las acciones. Cumplió su palabra al pie de la letra, con una resolución implacable

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Temia que de seguir así, Dorian acabaria con una empresa que había costado tanto construir.

Definitivamente tenia la capacidad para hacerlo.

Cintia intentaba consolario: “No hay mal que el tiempo no cure, tal vez solo esté pasando por un mal momento. Pronto se le pasará y no tienes por qué preocuparte tanto.”

“¿Qué va a pasar? Para cuando se le pase, la empresa ya no existirá.” Eduardo respondió con fastidio, “¿De qué servirà que esté bien si la empresa familiar queda en ruinas?”

“No exageres” Cintia seguía siendo optimista, Dorian no es de los que se dejan llevar por el amor hasta perder la razón. Siempre ha sido muy responsable en sus decisiones.”

“Cuando mencionó lo de las acciones también dijiste que solo era un arrebato, ¿y qué pasó?” Su esposo estaba cada vez más enojado, gesticulando con las manos, ‘Piensa en donde viviamos antes y donde estamos ahora. ¿Acaso no ha cumplido con su palabra en todo?”

Cintia prefirió callar, temiendo que él se enojara aún más.

Eduardo ya no podia quedarse sentado

“Voy a pasar por la oficina a ver qué pasa” Se levantó, “Yael me dijo que otra vez se puso hasta las chanclas en la oficina, ¿qué imagen vamos a dar asi?”

Cintia no se atrevió a detenerlo: “Pues cuidate, tómalo con calma.”

Su esposo no le prestó atención, agarró las llaves y salió, pidiéndole al chofer que lo llevara directo al Grupo Esencia.

Al llegar a la empresa, subió directo al despacho de Dorian en el último piso.

La puerta del despacho estaba cerrada a cal y canto.

No se atrevió a entrar a lo bruto, asi que miró a Yael: “Dorian sigue adentro?”

Yael lo miró de reojo, como si tuviera algo que decir, pero se calló.

Su expresión ya le había dado la respuesta.

No preguntó más, puso cara de pocos amigos y empujó la puerta de la oficina

El fuerte olor a alcohol lo golpeó en la cara en cuanto abrió la puerta.

Eduardo frunció el ceño, pero preocupado por lo que pensarian los demás empleados si lo velan así, entró rápido y cerró la puerta, asegurándose de echar la llave.

Dorian estaba tirado sobre el escritorio, completamente borracho.

Eduardo estaba que echaba chispas y queria ponerse a gritarle, pero al ver la cara de dolor de su hijo, se

contuvo.

Lo agarro de los hombros y lo sacudió con fuerza: “¿Todavia durmiendo? ¡Despierta! Afuera el mundo se está cayendo a pedazos y tú ni te das cuenta.”

Dorian se despertó con la sacudida, abriendo los ojos somnolientos y murmurando con dolor “mmh“, sin entender nada de lo que pasaba.

Su padre estaba tan molesto que queria agarrar el vaso de agua del escritorio y echárselo en la cara para que reaccionara.

Pero cuando lo tuvo en la mano, no pudo seguir adelante.

Dorian se apoyo en el escritorio, se sentó un poco y frotándose la frente con dolor, preguntó con voz ronca: “¿Qué haces aquí?”

*Si no vengo, ¿qué va a ser de la empresa?” Eduardo explotó, “Mira como se nos han desplomado las acciones. Jas noticias sobre ti están por todos lados, al menos deberías sacar un comunicado, ¿no te parece?”

Eduardo lanzó el periódico que habia comprado en la esquina sobre el escritorio con un golpe seco

El gran titular de la portada estaba lleno de especulaciones sobre el paradero de Dorian.

El le echó un vistazo perezoso y luego miró a Eduardo: “Si se caen, que se caigan. Si no pierdo yo, ¿cómo voy a estar a la altura de Amelia? ¿Cómo vamos a ser iguales?”

Eduardo se quedó sin palabras.

Dorian ya se estaba levantando, con sus ojos oscuros clavados en él: “La Sra. Cintia y tú siempre han querido que encuentre a alguien de nuestro nivel, ¿no? Pensándolo bien, que la familia de Amelia alcance nuestra riqueza en poco tiempo es complicado, pero empobrecernos a nosotros no es difícil. Podríamos dejar escapar algo de dinero, hacer lo contrario y asi alcanzar un equilibrio dinámico. Además, el Grupo Esencia ya ha estado en la cima mucho tiempo, hay un montón de corporaciones que nos tienen envidia, que quieren una parte del Hotel Esencia. Si soltamos más noticias negativas

sobre nosotros, les damos una oportunidad ellos, les damos espacio para especular. No tardará mucho para que, ni nosotros ni la familia de Amelia, tengamos nada que reprocharnos el uno al otro.”


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