Capítulo 479
Capítulo 479
Dorian, quien estaba al teléfono, pareció percibir su mirada y lentamente volted su cabeza.
Sus ojos se encontraron en el aire.
Amelia le lanzó una sonrisa y señalando los documentos ya organizados a su lado, le susur: “Ya termand con los archivos”
Él asintió Sigeramente y con un marcado acento londinense le dijo al interlocutor: “Está bien, lungo coordinare la entrega contigo” y colgó el teléfono
Cuando guardó su celular, ya estaba caminando hacia el escritorio.
Amelia le señaló otro montón de documentos y le explicó: “No estoy segura si debemos guardar estos, asi que los puse aparte, tú échales un vistazo“.
“Vale“.
Dorian tomó el montón de “dudosos” y los revisó rápidamente antes de depositarlos en la pila de rechazados, mostrando su eficiencia.
Mientras revisaba los archivos que Amelia habia clasificado, le pasó algunos para que ella los manejara
Ella no se rehusó, tomó los documentos que él le extendió y se puso a trabajar en ellos.
Dorian terminó rápidamente de revisar los archivos clasificados por Amelia.
Cuando dejó el boligrafo, alzó la vista hacia ella.
Seguia examinando los papeles que él le había dado, su gesto suavemente inclinado y tranquilo bajo la luz. This material belongs to NôvelDrama.Org.
Ella siempre tenia esa presencia tranquila y suave, nunca entraba en disputas con nadie
Dorian se quedó mirándola absorto.
Cuando Amelia cerró el último documento y alzó la vista, sus ojos se encontraron súbitamente con los oscuros ojos de Dorian.
Él la miraba, pero no parecia verla realmente.
Sus ojos oscuros y profundos parecian el mar en calma y en esa oscundad parecia hundirse en recuerdos, pero no del todo.
Casi en el momento en que sus ojos se encontraron, los suyos también temblaron ligeramente y se enfocaron
Pero Dorian no dijo nada, solo la miró en silencio.
Ambos estaban sentados muy cerca en el mismo escritorio, tan cerca que podian oir la respiración del otro con claridad.
Amelia intentó desviar la mirada, pero el magnetismo de sus oscuros ojos la mantuvo inmóvil.
La cabeza de Dorian se inclino lentamente hacia ella.
En la mezcla de sus alientos, Dorian bajo su cabeza y la besó.
Sus labios se presionaron contra los de Amelia, quien intentó apartarlo instintivamente, pero él la sujeto por la nuca con una mano, intensificando la presión de sus labios.
Cuando ella intentó levantarse, él también se puso de pie, sosteniendo su nuca con una mano y atrapándola entre su pecho y la silla, agravando el beso.
La falta de oxigeno empezó a nublar la mente de Amelia y sus manos se aferraron instintivamente a la ropa de Dorian, un reflejo instintivo como el de aferrarse a un tronco flotante antes de ahogarse, lo que solo sirvió para estimularlo
más.
Él la empujó contra el escritorio con más fuerza, la mano en su nuca se tensó incontrolablemente y el beso se volvió más profundo y feroz.
La pérdida de control se volvió algo natural a medida que la temperatur en la habitación sumeraba hasta bus at first, ninguno de los dos pensó en detenerse, simplemente siguieron su instinto
Hacia tiempo que no tenian contacto fisico y lo que comenzó con un beso rápidamente en convirtió en un insando, Esa noche, Amelia apenas pudo dormir
Quizás debido a la larga abstinencia o a otra cosa, pero esa noche Dorian fue a la vez tierno y feroz, incaricabile
Ella solo pudo coer en un sueño profundo cuando estaba a punto de amanecer y entie sus pensamientos fotardas, recordó vagamente a Dorian abrazandola con fuerza y susurrandole con voz ronca al oido. “Amelia, ruddate”
No recordaba si habla respondido o
Durmió profundamente esa noche.
Después de que ella se durmió, Dorian apagó su despertador.
Sin la interrupción del despertador, Amelia durmió hasta la una de la tarde.
Al despertar encontró una nota en la mesilla: “Yo te he pedido el dia, descansa. Cuando despiertes, come algo, hay comida en la casa“.
La nota estaba escrita por Dorian.
No tenia firma, pero reconocía su letra.
Su letra era atractiva, vigorosa y poderosa, como si fuese una nube fluyendo por el cielo, pero con un trazo firme y decidido al terminar.
un
Se quedó mirando esa nota por un buen rato antes de levantarse para asearse
No había nadie en casa, Marta ya habia llevado a Serena a algún lugar.
Sobre la mesa habia una olla con comida recién hecha, todavia calentándose
Amelia observó toda esa comida en silencio por un largo momento, finalmente tomó su celular y le mandó un mensaje a Dorian:
“Gracias.”
en la placa térmica.